FIDEICOMISO DE GARANTÍA Y FUENTE DE PAGO

  • El Fideicomiso de Garantía y Fuente de Pago es un fideicomiso en el que se aportan diversos tipos de ingresos o cuentas por cobrar (Derechos de cobro derivados de créditos, arrendamientos, contratos de prestación de servicios, participaciones federales, impuestos, factorajes, contratos de obra, etc.) con el objeto de garantizar y servir de vehículo de pago a contrapartes o terceras personas el cumplimiento en tiempo y forma de obligaciones de dar, hacer, o de no hacer.

  • Fideicomitente

    Aporte recursos, ingresos futuros y / o fuente de cobro

    Fiduciario

    Institución autorizada

    Fideicomisario

    Parte a la que se le garantiza el cumplimiento puntual de obligaciones


    Garantizar y servir de vehículo de pago a contrapartes o terceras personas el cumplimiento en tiempo y forma de obligaciones.

  • Establece los flujos de recursos económisos destinado al pago de los acreedores
  • Se define con claridad cómo se afrontará el cumplimiento de las obligaciones.
  • Este fideicomiso brinda seguridad y garantía respecto a los compromisos en dinero que tiene el deudor, generándose una fuente de pago que minimiza riesgos.
  • El flujo de dinero que se obtenga se destinará solamente para el fin señalado en el contrato de fideicomiso de garantía y fuente de pago.
  • Los bienes o derechos, así como los recueros que con el tiempo se obtengan, constituyen un patrimonio autónomo, sujeto exclusivamente a los fines previstos en el fideicomiso, por lo que se minimiza el riesgo de posibles embargos.
  • Si por alguna razón los bienes o derechos fideicomitidos no alcanzaran a cubrir el total de la obligación garantizada el acreedor conserva sus acciones legales para recuperar el monto no pagado.
  • Le permite destinar los recursos directamente al pago de las obligaciones garantizadas.
  • Permite estructurar o reestructurar operaciones financieras.
  • Planificar de una forma objetiva la tesorería propia o de su negocio.
  • Con este fideicomiso lo que se busca es que ese patrimonio se mantenga bajo permanente vigilancia y control, lo que, a la postre, concede suma confianza y seguridad para las personas que se constituyen como acreedores del deudor.
  • Para los acreedores es una gran tranquilidad saber que su deudor no será quien administre este patrimonio y, en el peor de los escenarios, termine evadiendo sus obligaciones con ellos.